domingo, 17 de octubre de 2010

El pensamiento de Kropotkin de Angel J. Cappelletti


Puede parecer una sobrada de las mías. No lo es. Este libro es rápido, fácil, divertido y muy útil.Útil porque sirve para entender muy rápido de dónde viene el príncipe anarquista. Porque sirve para ver de dónde viene la teoría política y económica de los siglos XIX y XX. Porque sirve para hacer un repaso de historia reciente y de conceptos básicos muy práctica. Porque sirve para entender las diferencias entre figuras del socialismo y el anarquismo de finales del XIX y principios del siglo XX - Marx, Pruoudom, Bakunin, Lenin y del lado contrario - Darwin, Malthus, Huxley, Nietsche y dónde se juntan, lo más divertido. Porque sirve para ver lo fácil que es justificar y explicar cualquier cosa, con la retórica y la demagogia adecuadas, la anarquía, el socialismo, el liberalismo, el estado, la religión, la naturaleza, el sí, el no, el por aquí, el por allá, el chocolate y la vainilla. Entendemos el desarrollo del concepto de ética de Kropotkin basándose en las ideas de Darwing de fundamentos estrictamente naturalista y evolucionista. Nadie hubiera dicho que yo pienso lo que pienso sin leer ni a uno ni a otros. Y si a alguien le interesa el concepto de "estado", también habla algo sobre ello. A mí me interesa mucho el concepto de estado así que me lo he pasado muy bien.
Para dar un par de esbozos voy reproducir rápidamente tres parrafitos que me parecen representativos:

"que en todo país civilizado, la producción, tanto agrícola como industrial, se debería y fácilmente se podría aumentar extarordinariamente con objeto de asegurar el reinado de la abundancia para todos. [...] Una sociedad de iguales donde nadie se verá obligado a vender sus brazos y su inteligencia a aquellos que quieren emplearlos cuando y como mejor les convenga, sino que todos podrán aplicar sus conocieminteso y aptitudes a la producción, en un organismo de tal modo constituido, que al mismo tiempo que combine los comunes esfuerzos, a fin de procurar la mayor suma posible de bienestar para todos, deje a cada uno la mayor libertad imaginable, con objeto de que pueda manifestarse sin obstáculos toda iniciativa individual."

"El problema había sido ya debatido entre los griegos. [...] Los cínicos explicaban el origen de la sociedad mediante un pacto o contrato original. Pero ya antes de Sócrates los sofistas, partiendo de una básica oposición conceptual entre physis y nomos, habían explicado la génesis de todas las instituciones como resultado de un convenio (nomos) entre los hombres, previamente independientes y aislados. Algunos de ellos llegaron a considerar - como más tarde harían los cínicos - el gobierno, las leyes, las diferencias de clases, etc como meros productos convencionales surgidos en oposición a la naturaleza (physis); otros (Trasímaco, Critias, Calicles) entendieron que lo contrario a la naturaleza eran precisamente la democracia y los derechos populares ya que aquélla ordenaba sin ningún género de escrúpulos el sojuzgamiento de la mayoría de los débiles por parte de los pocos hombres fuertes dotados para el mando"

"En ningún momento, sin embargo, contradijo sus convicciones. En cierta ocasión, durante un banquete que le ofrecía la Real Sociedad Geográfica, se negó a brindar por la salud del rey; rehusó infresar como miembro en la misma sociedad por estar ella bajo el patronato real, y no quiso considerar siquierra la sugestión de ser nombrado profesor de geografía de Cambridge."
El libro, además contiene una parte biográfíca en la que describe a un hombre, en sus costumbres muy normal, con una existencia intensa y viajera pero estable y convencional. Casado durante toda su vida con una compañera de filas políticas; viajó por todo el mundo e incluso a los EEUU donde fue un muy requerido conferenciante de las más prestigiosas universidades y sociedades intelectuales hasta que el asesinato del presidente McKinley a manos de un revolucionario anarquista, supusiera la prohibición de su entrada en el país. Estuvo preso en Rusia y en Francia, pero a pesar de ello contó con el apoyo de gran parte de la "intelligenza" de su tiempo, incluso de muchos que no comulgaban con sus ideas.
Kropotkin tuvo siempre una tensa relación con las demás facciones de la Internacional y por supuesto acabó peleándose con los bolcheviques aunque su mujer, Sofía, quien le sobrevivió aún 20 años siempre pensó que Lenin nunca había dejado de admirar a su marido.
Este libro ha sido un préstamo, resultado de una interesante charla en horas de trabajo. A lo mejor, voy y me lo compro.
Ahora, déjenme por favor seguir con el Conde...

3 comentarios:

  1. Querida Luc: Con el debido respeto, el primer párrafo que has entrecomillado no dice mucho, que digamos, de las ideas del sujeto del libro. En esta vida se puede estar acertado o equivocado. Kropotkin estaba equivocado, y las ideas que defendía han causado, directa e indirectamente, muchas muertes. Cuestión distinta es, obviamente, el estudio del enemigo, aunque yo personalmente nunca he llegado a leer Das Kapital. En definitiva, ¿qué tal Camino de Servidumbre, Libertad de Elegir, La Tentación Totalitaria y La Envidia Igualitaria?

    ResponderEliminar
  2. No estoy de acuerdo Lordingelf en que el primer párrafo no dice mucho. dice muchísimo sobre la cantidad de pájaros de colores que tenía este chico, igual que muchos de su tiempo y condición, que anduvieron entreteniendo la ida de un mundo lalalalafeliz lleno de gente que sólo hacía lo que le apetecía, que resulta que era ayudar a los demás(bastante cercano a la 3 vía en algunos conceptos, por cierto).
    A estas alturas ya sabemos todos los cerebrados que el comunismo es una monumental estupidez y además una putada y el anarquismo, si bien apetitoso en algunos sentidos, de ningún modo posible ni práctico. En cuanto a lo demás, no participo de tu gusto por leer sólo y exclusivamente los idearios próximos. Es más, en general me divierte ver como razonan o desrazonan "los otros". A Freedman ya le he leído y ya sé que tiene razón en todo lo que dice ¿para qué insistir?

    ResponderEliminar
  3. Luc tiene toda la razón. Una de mis revistas favoritas es Claves, poco sospechosa de liberalismo-conservadurismo. Mi comentario, en todo caso, se refería a la necesidad de cimientos antes de entrar en la decoración, lo que en absoluto quiere decir que Luc no tenga cimientos :-).

    ResponderEliminar