Cuando yo era pequeña creía que los antiguos, entendiendo por antiguos todos aquellos que vivieron en tiempos del cine en blanco y negro, no se daban besos en la boca; yo pensaba que eso era una guarrería, producto de la modernidad y la decadencia, traídos por los hippies y las películas americanas.
Creo, pero reconozco que mi memoria es terriblemente frágil y selectiva, que todo ello era por causa de mi abuela - conocida familiarmente como Torquemada - que cada vez que salía algún rozamiento o aproximación romántica en la pantalla, ella tosía, hacía comentarios reprobatorios y si podía cambiaba de canal.
Luego se va una dando cuenta que está todo inventado y que no hay nada nuevo bajo el sol. Que los cavernícolas probablemente ya hacían tríos, que los romanos se metían unos lengüetazos de no te menees y que los contemporáneos de los templarios eran tan golfos como los que hoy en día visitan los "clubes" de carretera, que por lo visto son más de lo que parece.
Incluso he oído decir a Juan que algún amigo suyo (treintañero, guapo y con dinero) no puede abandonar el hábito del sexo por dinero [...]
Digo esto porque en el libro que acabo de terminar sobre la Francia de Felipe el Hermoso, las cuñadas del rey se dedican a poner los cuernos a sus maridos y a organizar orgías. Cierto es que en esta misma historia las adúlteras, como castigo a su conducta son internadas de por vida en un convento y los mozos con los que fornicaban, son apaleados, despellejados, castrados y decapitados - por ese orden - en la plaza pública. Igual que hacen hoy día con las adúlteras en los países musulmanes.
Pero no sólo el tema erótico sigue siendo lo mismo hoy que en el año 1.300 de nuestra era. En el libro aparecen personajes que tienen su equivalencia actual en euros:
1. El banquero: Maese Spinello Tolomei, hombre grueso, de doble papada y tez morena, el banquero más poderoso de París, nacido en Siena y de pertinaz acento italiano.
En la escena está el banquero Tolomei y su cliente el prelado Maringny, arzobispo de Sens, sede de la que dependía París y hermano de un consejero del rey. El banquero hace firmar a Marigny un recibo por bienes incautados al Temple a cambio de dinero. Cuando el arzobispo finalmente abandona las oficinas del baquero este dice: ¡Imbécil! - murmuró -. Vanidoso, ladrón, pero sobre todo imbécil.
2. El político: Enguerrando de Marigny, coadjutor y rector del reino. "combatido de lleno por el poder feudal, Enguerrando se había esforzado por dar al rey el apoyo de una clase que, al desarrollarse, adquiría conciencia de su importancia: la burguesía." Todopoderoso ministro de origen burgués de meteórica carrera, con el discurso más hábil del reino y un talento político superior.
3. El funcionario: Nogaret. Hay un fragmento al final que solo en parte describe bien al personaje: "Su memoria, que ya no le servía para nada, se retorcía en él de golpe, [...] y le presentaba todas las agonías a las que había asistido, todas las muertes que había ordenado. [...] -¡Nada hice en nombre mío! ¡Al rey! ¡Sólo sería al rey!"
4. La Reina de Inglaterra: "Soy reina - replicó Isabel - Si no conozco la felicidad, tengo por lo menos un cetro y un reino que respeto." Una de las primeras escenas del libro representa a Roberto de Artois pidiendo a la reina que interceda ante su padre Felipe el Hermoso de Francia en favor de Jacobo de Molay, templario y padrino de bautismo de la reina, a lo que ella contesta friamente: "Lo que decida mi padre bien decidido está, puede intervenir en lo concerniente al honor familia, ero no pienso hacerlo con respecto al gobierno del reino."
5. El rey: Personaje extrañamente secundario y neutro, amigo y enemigo de todos y de nadie; con aparente compromiso con la corona y con Francia. Es Marigny quien más información nos da: "Pensad que habéis anexionado a la corona Chartres, Beaugency, Champaña, Bigorre, Angulema, Las Marcas, Douai, Montpelier, el Franco Condado, Lyon y parte de Guyena. Habéis fortificado vuestras ciudades como desaba vuestro padre, nuestro señor Felipe III, para que no estén a merced de nadie de fuera o de dentro. Reformastéis la ley siguiendo las normas de la antigua Roma. Reglamentastéis el Parlamento, para formular mejores derechos. Conferistéis a muchos de vuestros súbditos la condición de burgueses del rey. Liberastéis a vuestros siervos de muchos bailiazgos y senescalías."
6. La cougar: "La señora de Cressay, doña Eliabel para todos los del lugar, tenía los ojos brillantes y el pecho abundante, y llebaba su cuarentena entrada en carnes muy bien enfundada en su traje de viuda." le dice a Guccio, un jóven sobrino a quien el banquero Tolomei manda a ocuparse de unos asuntos "Sabed, gentil señor, que dede vuestra llegada, ayer, siento afecto por vos y ho hay cosa que de mí dependa que no hiciera por veros contento". Eso después de ocuparse personalmente del aseo de jóven. El jóven sin embargo está más interesado en la hija de doña Eliabel....
7. La bruja: "Beatriz sonreía con la expresión habitual con que se burlaba vagamente de los hombres y de las cosas. Experimentaba un perverso deleite al sentir que había seres que dependían de ella. Por otra parte, aquel hombre estaba doblemente a su merced. [...] No parecía darse cuenta de que él le había levantado la falda. Los dedos barnizados de cera del antiguo templario acariciaban un hermoso muslo, firme, terso, cálido."
8. La víctima: Beatriz, la de arriba con respecto a un pobre diablo templario que pierde el juicio: "Lo había encontrado una mañana, como una fiera acosada [...] Recuerdo de los tres interrogatorios y de sus torturas eran aquella pierna torcida para siempre y el desvarío de su mente. Puesto que le habían roto los huesos para hacerle confesar prácticas demoníacas de las cuales era inocente, decidió, por represalia, entregarse al diablo. Al aceptar el odio perdión la fe."
9. La golfa: Margarita de Borgoña, "Margarita parecía tomarse las cosas my de otro modo. Saboreaba el doble placer de engañar al marido y de atormentar al amante. Pertenecía a esa clase de mujeres cuyo deseo se renueva únicamente con el espectáculo de los sufrimientos que infligen, hasta que ese mismo espectáculo las hastía[...]Margarita lo escuchó sin moverse ni volver los ojos. Era pequeña, de cabellos negros y de tez ambarina. Se decía que tenía el cuerpo más hermoso del mundo y, por cierto, la primera en propagarlo era ella."
10. El templario: Hacía siete años que estaba encadenado; solo salía de la prisión para ser arrastrado ante la comisión inquisidora y sometido a toda clase de amenazas de los legistas y presiones de los teólogos. Con semejante trato, no era de extrañar que temiera volverse loco. A menudo había intentado domesticar una pareja de ratones que acudía todas las noches a roer los restos de su pan. Pasaba de la cólera a las lágrimas; de la crisis de devoción, al deseo de la violencia; del embotamiento a la furia. ¡Lo pagarán! se repetía ¡Lo pagarán!
Menos al Templario, soy capaz de nombrar al menos cinco personajes públicos y/o privados que encajarían perfectamente en cada uno de los personajes. O también es posible comprobar que los cargos, si bien cambian las personas que los detentan, siguen igual que hace setecientos años. Yo voy a seguir con los próximos 6 (VI) fascículos de esta telenovela épica-histórica, que estoy segura me van a gustar tanto o más que el primero.
Como decía mi bienamada Srta. Marple, la condición humana es siempre la misma. Por pequeño que sea el pueblo, las bajas pasiones y los vicios son exactamente los mismos que en la mayor ciudad.
ResponderEliminarPues en cuanto a la época, lo mismo.
si, muy de acuerdo con Agatha.
ResponderEliminarNihil novo sub sole.
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